miércoles, 4 de enero de 2012

Y tú ¿Lo sabes?


La gente se reunía entorno al cuerpo. El bullicio, las sirenas de la policía y las ambulancias. El humo salía de aquella ventana. ¿Qué ha pasado? Puedes preguntarlo al aire sin miedo, que todos te darán su versión de los hechos sin conocerla. Era un caos y yo no entendía, estaba de paso. Los dueños de los comercios salían al exterior junto con los clientes para observar. Los vendedores ambulantes, el ciego que mendigaba sentado en el bordillo incluso se levantó y miraba con sus oídos. El tiempo parecía detenerse en aquel instante. Todo quedaba de lado, colapsado. Un sistema que parecía estar en punto muerto.

“Atrás, atrás” podías oír decir a un policía. “Abran paso” a los ats que iban con la camilla a atender el cuerpo. ¿Se habrá acabado todo para ese ser? No podía evitar sentir curiosidad, pero no me acercaba. Me encendí otro cigarro y me aparte a un lado a observar. No podía evitarlo, al fin y al cabo soy un animal más de la manada. Corría el rumor ‘al parecer ha habido un accidente en su casa y salto por la ventana asustado’. Los que creían conocer al hombre sólo por verle alguna vez en la calle se atrevían a más: ‘prendió fuego a su casa y se suicidó. Quería matar a su familia’. ¿Alguna vez han oído eso de ‘nadie se lo esperaba, parecía una buena persona’? A mí ya me cansaba oírlo por cada lado. Una ciudad entera pausada por un acontecimiento cotidiano.

¿Por qué lo hizo? No lo sé, me tiraría sólo toda una vida para intuirlo y no me acercaría ni por asomo a la verdad. Me volví a poner los auriculares. Seguí mi camino. Total, al final del día nadie se acordaría de esto y luego mirarían con recelo a esa esquina de barrio como si intentasen ver un fantasma del pasado, pero nadie sabrá que anda buscando.

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