domingo, 23 de octubre de 2011

Concepto de existencia.

****ADVERTENCIA: ESTA ENTRADA PUEDE CONTENER SPOLIERS DE UNA SERIE DE ANIMACIÓN 'SERIAL EXPERIMENTS LAIN'. SI LA QUIERES VER, HAZLO ANTES DE LEER ESTO****

Muchas veces me surge la misma pregunta. ¿Quién soy (o quiénes somos) realmente?.

Sino me conociera nadie nadie podría afirmar que existo. Es una condición que considero indispensable para la existencia.

Durante una de mis tardes/noches de ocio en las que suelo devorar un libro o una serie me topé con un anime: SE LAIN. A mi criterio, de lo mejor que he visto en mi vida, y posiblemente de lo mejor que veré jamás. En SE LAIN se expone la teoría de que la persona sólo es un impulso cerebral, que sólo somos actividad cerebral. Y presuponiendo esto mi conclusión es que es cierto.

Un cuerpo sin vida es un cuerpo que no habla, no siente, no expresa, no razona, no vive, no teoriza. Un cuerpo sin vida es un cuerpo donde la actividad cerebral ha cesado. En este sentido me aferro a la afirmación médica de 'muerte cerebral': cuerpos de personas que siguen latentes pero cerebralmente no hay actividad. Muchos no lo consideran una muerte al 100%, pero lo es.

Pero no es tan sencillo que acabe aquí la razón de ser. Realmente somos actividad cerebral, pero todas las existencias de este mundo lo son ¿Cómo identificarnos? Si nos viésemos sin cuerpo, como un cúmulo de reacciones electroquímicas que se producen en el cerebro no sabríamos distinguirnos los unos de los otros, de ahí que se categorice con 'nombres' a las personas.  Pero realmente mi nombre no es mi identidad. Es sólo una forma de idealizar esa identidad (de ahí que en un artículo anterior hiciese una diferenciación entre el lenguaje y el pensamiento).

Continuando con esta temática y dando un salto, profundizaríamos más en la existencia, en la identidad de las personas. Citando de nuevo la frase del principio de la entrada 'Sino me conociera nadie nadie podría afirmar que existo. Es una condición que considero indispensable para la existencia' me referiré a lo que sería el 'final' de la serie. Si la gente nos olvidase dejaríamos de existir para ellos. Funcionamos así: sólo creemos existente todo lo que esté dentro de nuestro diminuto conocimiento del mundo. ¿Nunca ha pasado de un día decir 'hostias, que será de tal persona'? Antes de esta afirmación la ignorábais por completo, ni érais conscientes de su existencia, ni siquiera de su recuerdo: era una persona inexistente y olvidada, no era ya nada. De ahí, pienso, el sentimiento de soledad: nos sentimos solos cuando no hay nadie, cuando no existimos para nadie. Caemos en el olvido profundo, en un mundo a parte donde sólo estamos nosotros y el tiempo.

Podríamos decir, pues, que nuestra identidad reducida a su máximo exponente no es más que una atividad cerebral capaz de crear juicios y razones sobre lo que le rodea y conocerlo. Pero es una actividad ignorada, que en la mayoría de los casos es una actividad olvidada, desconocida para el mundo. Como ejercicio de reflexión propongo dedicar una tarde de domingo, larga, pesada, vacía de toda actividad ociosa, a pensar, meditar sobre la existencia. Sobre que conocemos y que no, sobre la vida de esas personas que ignoramos, sobre esos rincones del mundo que no vemos en la televisión, sobre la vida del vecino. Podríamos hacer un ejercicio de intentar conocer un poco más las cosas que no entran dentro de nuestro campo de visión, y darnos cuenta que apenas conocemos nada, y que ignoramos lo que no vemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario