El traqueteo del tren no cesaba. Aún quedaba media hora para llegar al lugar del destino y no apetecía seguir oyendo música. Una llamada. Era ella. No se recuerda con exactitud la conversación, pero no es necesario. Todos sabemos como acaban estas cosas.
No sé si se explicó mal o ella no quiso entenderle. Sólo sé que ella no llamaría jamás. Tal vez ya sea la hora de cerrar este capítulo.
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