viernes, 11 de noviembre de 2011

Nos enseñaron a no enseñar

Nos enseñaros a ser los chicos duros de la clase, pero nos invirtieron los papeles y ahora somos los que lloramos por esquinas, escondidos de las miradas ajenas, y de esos corazones de zorras mal paridas. Todas dirán que quieren un príncipe azul a lomos de un noble corcel. Pero el príncipe sólo les sirve para traer la comida del McDonnals mientras que son secuaces de la polla del noble corcel.

Nos enseñaron que la imagen lo es todo, y juzgamos toda apariencia como buena o mala tachando el valor del oro que ocultaba el cofre.

Pero ya no importa nada, nos hicimos a nosotros mismos, matando la razón con el sentimiento, y al sentimiento con la razón. No importa nada cuando nada es importante. Pero bueno, siempre supe que mi opinión es mía y nunca importó a nadie. Ahora no es el momento para que importe.

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