martes, 14 de febrero de 2012

Más mierdas sobre mi vida


Me gusta la idea de que te acabarás marchando como el humo de un café, de manera mágica y pausada. Desde luego no pienso decir que no lloraré por ti ni por nadie, pero no me importa lo más mínimo, al fin y al cabo soy uno más en un mundo lleno de otros tantos. La diferencia es que me considero un perro entre lobos, un animal entre seres civilizados. Es tan placentero intentar gritar con el mute puesto y ver que todos reaccionan desesperados, como si hubiera sucedido algo grave. Cuanto crédulo anda suelto en esta vida y cuantas tumbas vacías por llenar. Y la culpa de todo es tuya, por enamorarme. Espero que al menos sepas drogarme para que me esté callado. Mientras tanto me dedicaré a dar paseos por al ciudad con mi chupa de cuero y mi mp3 pensando en que le tiempo pasa y no me va a esperar. Desde luego, si lo hiciese, me la sudaría, yo jamás lo esperaría a él. Ya no esperaría a nadie ni nada. Soy un crío de cinco aún con más de veinte que cree en los cuentos de hadas y las mentiras. Que feliz hubiera sido en otra época pasada donde la espiritualidad se viese agradecida. La única condición que pongo para sobrevivir es la de autodestruirme de la manera más original posible. ¿Y a quien no le ha picado la curiosidad? Y si no preguntamos es por miedo, porque sabemos que no somos ni los primeros y mucho menos seremos los últimos. Y cuanto menos sepamos del pasado de cada uno mejor. No sería capaz de dar todo lo que se por la mitad de lo que ignoro. A veces preferiría ignorar más de lo que se, a veces incluso preferiría ser más banal, no ser tan sensible. A veces preferiría tener una botella de ginebra en la mano, un porro en la otra y ver como te marchas lentamente.

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