jueves, 4 de agosto de 2011

Sobre la Propiedad

Llevo días cavilando sobre qué es lo que quieren las personas, pero sólo alcanzo a concebir la idea de que sólo saben lo que no quieren.

Esto me dio la oportunidad de pensar qué es nuestro, qué es realmente de nuestra propiedad. No hablo de una propiedad física, de un objeto, de algo material. Hablo de nuestra 'esencia', por llamarlo de alguna forma.

Cuando hablo de propiedad, aclaro antes que nada, hablo de la ambición humana. De la ambición de las personas, de la lucha de las personas, por alcanzar un nivel superior. Un ejemplo sería el de un budista. Un budista medita para alcanzar lo máximo a lo que aspira: el Nirvana. En este punto las personas han perdido su propiedad, su afán de alcanzar su 'Nirvana'.

En las aulas la figura del profesor ya no es una figura que inspire inquietudes. Que inspire la necesidad de conocer, que motive a la persona. En las casas ya no se incentiva el crecimiento personal, sino que se acalla a los niños con consolas, ordenadora, etc. En la calle ya no se busca conocer a una sociedad y una relación de la cual se pueda aprender, sino una simple novia, sexo y una copa de sabor dulce.

Ahora mismo cuando miro a nuestro alrededor no puedo evitar sentir que no poseemos nada, que todo lo que tenemos son simples bienes materiales pagados con dinero que nos proporciona una sociedad y no algo que hayamos logrado moralmente.

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