jueves, 29 de diciembre de 2011

Una noche en mi Nueva York


-¿Alguna vez has hecho daño a alguien?

Suena el tren al fondo del túnel. Otra estación de metro de Nueva York. Sus gentes tras la línea amarilla. La luz del tren coloreando el fondo oscuro del túnel. La voz de la megafonía anunciando el tren y su destino. Las luces fluorescentes de la estancia.

-¿Me estás escuchando?- Dice ella con cierto nerviosismo.

Suena la bocina con fuerza mientras el chirriar de los frenos cesa.

-Perdona, no estaba atento- me giro.
-¿Alguna vez has hecho daño a alguien?
-Todos nos hacemos daño mutuamente, ¿no? En eso se basan las relaciones. Todos cometemos actos y esos actos tienen consecuencias- Digo corriendo mientras entro en el vagón.

No me despido, no miro atrás. No importa. Hay mucha gente en el interior. Mendigos, borrachos, ancianas, trabajadores, estudiantes. Huele a humedad, los asientos tienen ese característico color amarillento de los autobuses de línea. Odio los autobuses de línea.

Miro por la ventana. Todo es oscuro. Sólo en ciertos tramos se puede apreciar apeaderos para los trabajadores y estaciones de vagones donde se ven otras máquinas paradas. Y cables. Cientos de cables y cañerías. Es curioso como la personalidad humana puede asemejarse tanto a un conducto de cañerías.

Llego a mi destino. Me bajo. Otra estación más de metro de Nueva York. Azulejos blancos, megafonías con la voz irritante de una mujer a la que no conoce nadie. Tubos fluorescentes que parpadean, papeles, borrachos, gentes. Mucha gente con sus muchas vidas. Salgo al exterior. No sé donde estoy. Hace frío. No conozco la ciudad que he creado yo. Mi Nueva York: mis calles, mis edificios, mis coches, mis ciudadanos, mis vidas. Es curioso que sea cierto eso que dicen de que uno nunca se conoce a sí mismo, pero siempre conocemos a la perfección las ciudades que visitamos. Ese hastío que sentimos por nuestra ciudad personal y ese amor y devoción por una ciudad desconocida.

-Todavía es demasiado pronto, tranquilo. Pronto te será desvelado todo. Descansa, aún no estás viviendo tu vida.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nobleza, un título que no se compra en los quioscos.


Mucha gente se niega a creer que todo tiene un porqué siempre, o casi siempre. Yo he experimentado lo contrario, y quien iba a decirme a mí que el porqué de mis actos iba a ser tan deprimente.

Siempre he querido que todos a mi alrededor estén contentos y felices. Aunque acabé queriendo simplemente pasar desapercibido entre el tumulto sin nada que tener con nadie. Simplemente quise romper todos los lazos que me unen con la gente. Y así fue. Así comenzó todo. Así acabé en aquel mugriento bar junto a otra jarra de cerveza de medio litro, hablando con vagabundos y acabados, que no tienen nada más que una desdichada mujer que les espera en casa, unos hijos que no les quieren y facturas.

-Marco, ponme una ronda, que acabo de salir de trabajar. Necesito beber un poco. –Dijo Nicola entrando en ese momento.

El bar no era muy grande, tenía una especie de doble piso, con una diferencia de 2 o 3 escalones, no lo recuerdo bien si no lo miro. Era un lugar oscuro, pero no olía mal. Siempre sonaba música, no existía el silencio absoluto en aquel lugar. Ni falta que nos hacía, nosotros mismos poníamos nuestra propia banda sonora en nuestra vida. Herrol era el camarero, un tipo joven, serio, amable. No solía tener siempre la misma clientela. Era muy diversa la gente que venía a ver el sitio. Aunque siempre estábamos los cuatro gatos de siempre, en el rincón de la barra, bajo una luz hablando y bebiendo. No sabíamos hacer otra cosa para evitar el pánico que da la vida.

-¿Qué tal tu día Aaron?
-Ahí va, como siempre, mucha grasa, llaves inglesas, lo típico de los talleres.
-¿Y ninguna accidentada a la que cortejar amablemente? Ja ja ja.
-Claro que si Herrol, y que Sara me corte los huevos, no tengo nada mejor que hacer. Marco, otra cerveza.
-Ya va Aaron. Primero paga.

No éramos unos desarropados y desaliñados borrachos. Teníamos clase. Intentábamos ganarnos la vida lo mejor que podíamos. Simplemente ni supimos ver el lado divertido de la vida. Desde crío nos creímos que todo era una mentira, como nos enseñaban nuestros padres, y al descubrirla, no teníamos la voluntad suficiente para sobrellevarlo. No éramos mala gente. Sólo unos infelices que le temen a la vida.

-Bueno chicos, será mejor que me marche, las facturas no se pagan solas. Ya nos veremos otro día. Toma Marco, las copas. –Pagué y me marché.

Las calles de Londres no están tan mal. Hace frío y eso, pero se puede vivir. No os diré por que calles ande, no me las conozco, apenas llevo viviendo dos meses y no creo que aguante un mes más. ¿a dónde iré? No tengo ni idea, ni quiero tenerla. Ya la cagué mucho planeando mi vida y mirad donde he acabado.

El rugido del trafico era apabullante, pero no molesto, se podía oír a la vez a la ciudad respirar. La gente andando, el vaho de los respiraderos, el suelo mojado por la humedad. Los abrigos de las personas. Esos autobuses que pasan frenéticos y no frenan si no se les avisa. Es un caos, un precioso caos de invierno. Odio diciembre. Ando lejos de mi familia, no me importa. He sobrevivido con ellos, creo que sin ellos no debe ser más difícil. El problema ya no es que puedan ser o malas personas. Es el odio que se crea en los corazones. Somos tan vulnerables las personas.

Nunca entendí porque tienen que perdonarse entre ellos. Tal vez necesitamos sentirnos seguros para poder sonreír. El caso es que da igual, la verdad. No sé aún que quiero. Toda una vida vivida y sin saber que he querido jamás ni porque hago las cosas. Es gracioso. También es triste, la verdad. Demasiado. Aunque no me compadezco de mi mismo, no lo necesito. Soy feliz así, punto. O eso creo. El caso es que todo acabará, algún día. Unos irán al cielo, otros al infierno. Otros simplemente acabaremos en una caja de dos metros de pino, a 3 metros bajo tierra. Pero, lo qué nunca llegué a saber es ¿Por qué hacemos las elecciones que hacemos?





                                                                                    

jueves, 8 de diciembre de 2011

Prestigio, parte cuarta

Qué fácil es que digan como vivir, como vestir, como actuar, que comer, que hacer a cada momento. Qué manipulen y programen tu existencia. Yo no estoy hecho para eso. Siempre he preferido verme inmerso en una decadencia más profunda de mi alma siendo un crío inmaduro y egoista, un gilipollas que sufre de delirios de grandeza. La sensación de dar asco gratuito. Ganarse la soledad, el aislamiento más profundo. El éxito de ser nadie y no tener nada que te ate a una vida que se acaba poco a poco, a un ritmo frenético.

Es como la vieja autócnona de autobuses. Esa persona ruín y podrida, que se cree que los dogmas de su época aún están vigentes. No hay nada mejor que mirar por la ventana la lluvi caer sobre la ciudad, los coches pasar, la humedad condensarse formando vaho en los cristales. ¿Lo has sentido alguna vez? Seguro que sí, pero no o sabes. Sí, sí lo has sentido y no lo sabes: esa sensación de grandiosidad al estar al otro lado del cristal viendo una vida ajena que forma parte de tu presente día a día.

Porque aún llegamos a viejos con esa sonrisa de adolescente enamorado. Porque aún miramos con ternura estas paredes que nos han visto crecer. El suelo manchado de colillas y huellas de neumáticos. La vida tan sencilla que tenemos que complicarla para que tenga emoción. Ni yo sé que quiero ya.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Prestigio, parte tercera

Miraba intrigado al solista del bar tocar con esmero su oboe. Los camareros pasaban incesantes, frenéticos, pese a ser un ambiente apacible y nubloso. El olor de los cigarros, las colillas, los puros, las pipas de los viejos y mafiosos que allí negociaban sobre cargamentos de cocaína y putas. La belleza del piano llorar. Las copas calientes, la espuma de la cerveza disipada. El vino ya amargo. La gente silenciosa gritando por dentro, entre susurros y balbuceos. Los perros de la calle de al lado gruñendo. La puerta de la trastienda entornada, el sonido de una pelea de borrachos. Toqué el cielo con los dedos y he bajado al infierno. Soy feliz. Me gusta verme hundido en la más profunda miseria y decadencia y saber que he llegado a lo que pocos llegan. Es muy fácil creerse un héroe e intentar subir a lo mas alto. Lo difícil es ser un héroe que asume su realidad dogmática.

Siempre soñé con ser pianista de jazz y aquí me veo, improvisando poemas a la luna y escribiendo cartas de amor a los sentimientos agazapados. A esos lobitos tiernos y asustadizos que aúllan a las farolas las noches frías, en cualquier parque.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Follemos esta noche, por favor

Empezó a besarle el cuello. Ella estaba delante de él, entre sus brazos. El tiempo pasaba despacio lo que les brindaba una oportunidad de juegos. Su piel era suave, su olor único. Su corto pelo atraía a los deseos. Sus desos se deslizaban bajo sus ropas, acariciandole la cintura y los pechos suavemente.

Se giró y le miró. Le beso en los labios. Sus pieles se erizaron, subían sus temperaturas corporales y el tiempo se pausaba eternamente. La empezó a desnudar lentamente. Ella tendida boca abajo, él besandole la espalda desde la nuca hasta el culo.

Se peleaban, mordicos, arañazos, caricias. Sólo necesitaban sus cuerpos y silencio. No son necesarias otras formas de conocerse. No hay formas mejores de conocerse.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Muerto el perro, la rabia pasa a otro.

Perdida la voluntad. Es una batalla sin fin y sin ganas de luchar. Esa puta manía de decir que nunca más, que es una mentira, pero siempre los ves reviviendo su pasado. Atándose a sus engaños, rompiendo lo prometido. Dando saltos de piedra en piedra al borde de un precipicio. Personas normales que te encuentras en cualquier lado, personas normales que te hablan de cosas normales. Personas. El mundo lleno de ese tipo de personas. Sinceramente ¿A donde irá a parar el tiempo perdido? Esos valores enseñados desde críos, esa forma de vida. Ese estilo de asentamiento que nos hace ser lo que somos, unos amargados viviendo, o unos amargados que intentan vivir. Necesitamos sentirnos realizados, pero nos lo han ocultado, prohibido, nos han dado un placebo.

-¿Por qué te has acostado conmigo, si se supone que tú no eres de esos?- Dijo ella, tendida a su lado.
-Me gustas- Dijo él- Pero no espero que sigas ahí mañana.

Es a lo que nos limitamos.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Prestigio, parte segunda.

-¿Por qué lo decías sino era cierto?

No era la primera vez que se topaba con la misma imagen. Se le acercaba dócilmente una mujer, intentando crear un vínculo, un principio de nada. Muestras de complicidad que no llevan a nada.

-Era cierto, pero no sé... No estoy contenta.

Es curioso cuando siempre te dicen 'es que busco al hombre adecuado', demuestras que lo eres, y siempre queda en lo mismo. Todas se quejan de su mala suerte, de lo mal que han sido tratadas, de los cuernos que se han llevado, pero te das cuenta que es al revés. Que invierten los papeles para ganar la confianza de su presa a la que devorar lentamente en la cama, como un trofeo de caza que se expone sobre la chimenea humeante de invierno para jactarse con los amigos de clase alta pero de mentalidad escasa.

-Es lo de siempre, no sé. No tienes criterio, ni palabra. No tienes ni idea siquiera de lo que quieres.

Acabó harto. No se culpó ni la culpó, es normal. Es ley de vida. Pero quema el paso del tiempo y ver que una tras otra son sólo mentiras que se apilan en un álnum viejo de fotografías color sepia que se ven marchitas por el tiempo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Prestigio, parte primera

El taconeo constante de los zapatos contra el duro asfalto. Una ciudad ruidosa, escandalosa. Un silencio que nunca vino. Pulsó al play para acallar las voces. Un salto desde una ventana.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Fugacidad.

El traqueteo del tren no cesaba. Aún quedaba media hora para llegar al lugar del destino y no apetecía seguir oyendo música. Una llamada. Era ella. No se recuerda con exactitud la conversación, pero no es necesario. Todos sabemos como acaban estas cosas.

No sé si se explicó mal o ella no quiso entenderle. Sólo sé que ella no llamaría jamás. Tal vez ya sea la hora de cerrar este capítulo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Hemos muerto

Hemos llegado a dominar el fuego. Hemos sido capaces de abrir la Caja de Pandora y sobrevivir. Hemos dominado le mundo. Viajado a otros universos. Colonizado a otras poblaciones y extinguido a cientos de especies animales. Hemos hecho uso de nuestro potencial, para bien y para mal. Hemos salvado vidas y aniquilado otras tantas. Hemos sido Dioses y no hemos aprendido de la experiencia.

La historia está escrito en libros y tenemos un buen diario al que recurrir cuando no sepamos que hacer para saber que no hacer. Pero lo ignoramos. Hemos olvidado ha donde hemos sido capaces de llegar. Hemos olvidado nuestra fuerza, nuestra voluntad. Despreciamos nuestra entereza y ahora sólo esperamos que nos regalen nuestra vida en un 2x1 del Carrefour.

Sabemos desperdiciar las oportunidades, rendirnos a nuestros caprichos baratos ignorando las verdaderas necesidades, creyendo que la voluntad y el alma se pueden comprar.

El Ser Humano ha muerto. La Persona ha dejado de existir como meta. Sólo verás a un rebaño de animales sin clasificación concreta vagar por unas calles grises en busca de otra tela barata con la que tapar susvergüenzas, pensando así que se puede poner parches a un corazón marchito y a una vida que supura pus.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Ya hasta dudo de que la luz del Sol sea una luz real. Dudo de que la vida sea una vida real. Son todo mentiras al fin y al cabo ¿No?. ¿A qué te puedes aferrar que no se desvanezca? Tal vez esa puta inseguridad es lo que les anima a vivir. Esos seres extraños que observo desde los barrotes de mi alcantarilla favorita.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Nos enseñaron a no enseñar

Nos enseñaros a ser los chicos duros de la clase, pero nos invirtieron los papeles y ahora somos los que lloramos por esquinas, escondidos de las miradas ajenas, y de esos corazones de zorras mal paridas. Todas dirán que quieren un príncipe azul a lomos de un noble corcel. Pero el príncipe sólo les sirve para traer la comida del McDonnals mientras que son secuaces de la polla del noble corcel.

Nos enseñaron que la imagen lo es todo, y juzgamos toda apariencia como buena o mala tachando el valor del oro que ocultaba el cofre.

Pero ya no importa nada, nos hicimos a nosotros mismos, matando la razón con el sentimiento, y al sentimiento con la razón. No importa nada cuando nada es importante. Pero bueno, siempre supe que mi opinión es mía y nunca importó a nadie. Ahora no es el momento para que importe.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Inmortales

Aún guardo su recuerdo. Aquellas tardes de verano, con el sol a medio caer en el negro abismo, corriendo por orillas y haciendo castillos de arena con nuestros sueños. Teníamos una melodía de piano a nuestras espaldas. Teníamos un mundo por conquistar y mil historias, historias varias. Historias de desconocidos, de amigos, familiares, de luchas perdidas, de batallas a medias. Teníamos un mundo, yo, conmigo mismo, teníamos nuestro mundo.

Supimos serle fiel al tiempo, aullar a las farolas y correr tras los ovillos de lana, correr tras el viento, contra las olas. Arremeter contra los muros de nuestra ignorancia. Y siempre con 20 centimos en le bolsillo y un cigarro, pero no un mechero.

El vaho del café subiendo lento en los amaneceres. Las tardes de otoño, las mañanas de invierno. las carreras por la nieve, su risa. Mis manos frías por el hielo. Una gota de sudor, un recuerdo. Un mundo que aún no he vivido pero sí creado. Un reino que destruí hace siglo y medio. Sólo sé pedirle pausas al tiempo. Ya ni la muerte me teme, ni yo a ella. Tenemos una partida pendiente a esta interminable ronda de ajedrez. ¿Pero sabes una cosa? No, no sabes realmente nada.

Hemos crecido juntos. Hemos aprendido, olvidado, merecido castigos y cumplido servicio y penitencia. Pero siempre con 20 centimos en el bolsillo y un cigarro, pero no mechero. Pero siempre inmortales porque ya está escrito sobre nuestra historia, y eso es algo que nunca se podrá eliminar. Algo que jamás podrá ser modificado. Mentirás sobre ello, te arrepentirás, lo pintarás de oscuro. Dirás que la vida fue injusta. Dirás que fui el mayor error de tu vida. Pero juntos construimos un mundo que jamás será destruido, que jamás será modificado.

Ay, si es que hasta yo me repito. Sólo son interminables peticiones de pausa al tiempo y 20 centimos en el bolsillo. Y ese vaho de café que sube lentamente en las tardes de otoño y las mañanas de invierno. Y un cigarrillo medio consumido en el cenicero. Pero no un mechero.

martes, 25 de octubre de 2011

Pequeños e inmemorables

No sé como acabamos llegando a ese punto...

-¿Y qué haces?- Me dijo poniendo voz juguetona.
-¿Cómo?
-¿Es que no quieres follar?- Me dijo por el móvil.
-Ufff... No me hagas esto... estoy en el autobús, vas a hacer que me meta en un lío.
-¿Eso es que ya no quieres follar conmigo?

No pude evitar recordar sus bragas moradas. No pude evitar recordarla recostada de lado, en la cama, sobre las sábanas azules y con esas bragas moradas. Sus piernas. Como se subía la camiseta. La deseaba y siempre la desearía. No nos conocimos hace mucho, pero fue muy intenso.

-En breves llegaré a casa, espera anda... sabes que tengo tantas ganas como tú.

Siempre me volvieron locos sus jadeos, su voz cuando estaba cachonda, cuando mojaba, cuando se corría. Nunca supe decirle cuanto la quería... Pero por desgracia parece ser que se acabó.

-Vamos a cambiar de tema, anda, no me hagas esto. Espera a que llegue a casa y follamos. Sabes que tengo tantas ganas como tú.
-No, es igual. ¿Qué haces?
-No, en serio, espera a que llegue a casa. Sabes que todavía te deseo y qué desde que te fuiste no he parado de pensar en ti y en desearte.
-Déjalo, en serio. Era broma.

domingo, 23 de octubre de 2011

Concepto de existencia.

****ADVERTENCIA: ESTA ENTRADA PUEDE CONTENER SPOLIERS DE UNA SERIE DE ANIMACIÓN 'SERIAL EXPERIMENTS LAIN'. SI LA QUIERES VER, HAZLO ANTES DE LEER ESTO****

Muchas veces me surge la misma pregunta. ¿Quién soy (o quiénes somos) realmente?.

Sino me conociera nadie nadie podría afirmar que existo. Es una condición que considero indispensable para la existencia.

Durante una de mis tardes/noches de ocio en las que suelo devorar un libro o una serie me topé con un anime: SE LAIN. A mi criterio, de lo mejor que he visto en mi vida, y posiblemente de lo mejor que veré jamás. En SE LAIN se expone la teoría de que la persona sólo es un impulso cerebral, que sólo somos actividad cerebral. Y presuponiendo esto mi conclusión es que es cierto.

Un cuerpo sin vida es un cuerpo que no habla, no siente, no expresa, no razona, no vive, no teoriza. Un cuerpo sin vida es un cuerpo donde la actividad cerebral ha cesado. En este sentido me aferro a la afirmación médica de 'muerte cerebral': cuerpos de personas que siguen latentes pero cerebralmente no hay actividad. Muchos no lo consideran una muerte al 100%, pero lo es.

Pero no es tan sencillo que acabe aquí la razón de ser. Realmente somos actividad cerebral, pero todas las existencias de este mundo lo son ¿Cómo identificarnos? Si nos viésemos sin cuerpo, como un cúmulo de reacciones electroquímicas que se producen en el cerebro no sabríamos distinguirnos los unos de los otros, de ahí que se categorice con 'nombres' a las personas.  Pero realmente mi nombre no es mi identidad. Es sólo una forma de idealizar esa identidad (de ahí que en un artículo anterior hiciese una diferenciación entre el lenguaje y el pensamiento).

Continuando con esta temática y dando un salto, profundizaríamos más en la existencia, en la identidad de las personas. Citando de nuevo la frase del principio de la entrada 'Sino me conociera nadie nadie podría afirmar que existo. Es una condición que considero indispensable para la existencia' me referiré a lo que sería el 'final' de la serie. Si la gente nos olvidase dejaríamos de existir para ellos. Funcionamos así: sólo creemos existente todo lo que esté dentro de nuestro diminuto conocimiento del mundo. ¿Nunca ha pasado de un día decir 'hostias, que será de tal persona'? Antes de esta afirmación la ignorábais por completo, ni érais conscientes de su existencia, ni siquiera de su recuerdo: era una persona inexistente y olvidada, no era ya nada. De ahí, pienso, el sentimiento de soledad: nos sentimos solos cuando no hay nadie, cuando no existimos para nadie. Caemos en el olvido profundo, en un mundo a parte donde sólo estamos nosotros y el tiempo.

Podríamos decir, pues, que nuestra identidad reducida a su máximo exponente no es más que una atividad cerebral capaz de crear juicios y razones sobre lo que le rodea y conocerlo. Pero es una actividad ignorada, que en la mayoría de los casos es una actividad olvidada, desconocida para el mundo. Como ejercicio de reflexión propongo dedicar una tarde de domingo, larga, pesada, vacía de toda actividad ociosa, a pensar, meditar sobre la existencia. Sobre que conocemos y que no, sobre la vida de esas personas que ignoramos, sobre esos rincones del mundo que no vemos en la televisión, sobre la vida del vecino. Podríamos hacer un ejercicio de intentar conocer un poco más las cosas que no entran dentro de nuestro campo de visión, y darnos cuenta que apenas conocemos nada, y que ignoramos lo que no vemos.

lunes, 17 de octubre de 2011

Juegos de sillas.

La lanzó contra la pared.

Se conocían desde hace unos meses. Ella siempre le increpaba sin motivo. No eran siquiera amantes. Sólo dos amigos que se puteaban como podían.

Le mordió el cuello y le metió la mano por debajo de la falda. Ella no podía evitar gritar, como si se sintiese violentada, pero fingía. En el fondo ella es lo que más deseaba: que él se la follase. Ella le quitaba la camiseta con violencia, llegando incluso a desbocarla. No podía parar de temblar. Sus sueños se hacían realidad: se la iba a follar allí mismo, en le pasillo de su casa, bruscamente y contra la pared.

-Espera, espera. Llevame a la mesa de tu cuarto- Dijo ella.

Fueron corriendo a su habitación. Ella se empezó a desnudar. Sólo se dejó puesta la falda y las bragas. Se sentó sobre la mesa, con las piernas apolladas en la silla.-Sientate- Le dijo meintras abría las piernas -Quiero que hagas una cosa.

Él apartó sus piernas de la silla y se las puso sobre las suyas. Empezó a acariciarle los muslos y besárselos. Ella se agarraba a la estantería de encima mientras se dejaba caer de espaldas contra la pared. Jadeaba violentamente, como si se ahogase.-Mete tu lengua por debajo de las bragas- Le dijo con una voz débil, y el no tardó en obedecer. Tenía el coño mojado, muy húmedo y ardiendo. A él eso parecia encantarle, y más a ella ya que era quien lo estaba disfrutando.

Tras un largo rato de lametones y gemidos ella se levanto y se termino de desnudar.-Te cojo una sudadera- Dijo dirigiéndose al armario. Se pillo la primera que pilló a mano: una sudadera azul claro con el logo de Flama. Le venía enorme. Le llegaba hasta la mitad del muslo y las mangas le cubrían la mano entera. Era lo que más le gustaba: que se la follasen con una sudadera.

-Vamos, tenemos toda la noche. -Dijo besándole mientras le quitaba el pantalón como podía y se sentaba encima suya.-Quiero que me folles aquí, en la silla y a pelo. -Él creía estar en el cielo. Ella se sentía desbocada, como un caballo salvaje. No podía evitar gemir y agarrarle fuerte de los hombros mientras él la abrazaba y le besaba el cuello. Ella se movía lentamente arriba y abajo.

Era Incómodo.


Era incómodo. Veían la serie, callamos, aburridos, pesados. El hastío les inundaba y sus miradas perdidas se cruzaban, buscando un amor que no existía. El al lado de ella. Ella de lado. El no aguantaba más. La necesidad de amor, y la enorme erección que sufría le obligaba a querer cosas que no sabría como llevarlas a cabo.

-Me encuentro un poco mal- Dijo él.- Estoy agobiado, necesito un puto abrazo.
-Jajaja, mira la serie y calla, anda. No es para tanto.
-Eso díselo a mi erección.

En ese momento ella cambió de actitud, por dentro. Algo despertó. Ella seguía tumbada de lado, dándole la espalda. Se bajó el pantalón bajo las sabanas. Eran simples amigos, perro ella quería tenerle dentro. Sus bragas eran un tanto infantiles, naranajitas, con unas bandas azules claras en horizontal, y una pequeñita flor en la zona del coño. El notó que ella hacia un movimiento raro, pero no pensó en ello.

-Puedes metérmela- Dijo ella. El se asustó. No sabía porque lo decía, ni que coños pasaba. Solo se le puso más dura.
-De que hablas… ¿Es que quieres que follemos? No creo que sea lo conveniente. Tú sabes que busco algo más.
-Fóllame… finjamos que nos queremos durante unas horas…

El se aceró y la abrazo por la espalda. Se percató de los pantalones, y se arrimo más a su culo. Se bajo sus pantalones, y su polla dio entre sus nalgas. Ella suspiró. El le acariciaba el pelo. Se restregaron durante unos minutos, en silencio, respirando con profundidad mientras él la abrazaba con fuerza y ella le agarraba las manos.

-Quítame las bragas por favor…- Dijo con jadeos y voz débil.

El le bajo las bragas lentamente, besándole y dándole mordiscos en el cuello y los hombros. Le besaba el lóbulo de la oreja derecha. Ella seguía jadeando. Se la sacó y le puso la punta en los labios del coño. Estaba mojado, húmedo, caliente. Se abría con facilidad. Ella se puso muy nerviosa. Empezó a jadear y a agarrarle de nuevo las manos con fuerza. Mojaba cada vez más y la quería sentir cada vez más dentro.

-Muévela, por favor. Hazme sentir que te importo. Dime que me quieres mientras por favor…- Propuso ella. Nerviosa. Acobardada. Empezó a moverse lentamente pero con determinación. Sabía lo que quería y como lo quería, y no le importaba sentirse engañada durante unos momentos.

-Te quiero-  Dijo el, poniéndola boca abajo, mientras le mordía la nuca y le agarraba el pelo y la muñeca izquierda. Empezó a metérsela lentamente, de una manera constante y con fuerza, hasta el fondo. Ella empezó a gemir, no podía contenerse más. Los pezones se le pusieron duros y sudaba. Tenía el cuerpo ardiendo y empapado. Se empezó a acariciar el clítoris.
Pasaban los minutos, llegando a la hora. No paraban, aguantaban, disfrutaba. La cerveza de la mesa perdió la espuma y los cigarros se apagaron por completo. El suelo se llenó de ropa por todos lados, ya que acabaron desnudándose por completo. Ella se alejo y se puso boca arriba. Empezó a besarle y morderle los labios, mientras. Le cogió la cara, él también la besaba y también le mordía los labios.

-Sabes que esto no es lo correcto- Repuso él.
-¿Y que lo es? Estamos solos, no nos queremos ni nos quieren, que más da.
-No, no da igual. Esto no es lo correcto.

La volvió a besar más intensamente que antes. Ahora todo cobraba algo más de sentido. ¿Qué hacían?¿Por que? El sabía que no era lo correcto, pero ¿y?¿Quién más iba a tener ese detalle con él? No siempre ha sido bonito vivir, ni fácil, y eso es algo que no se nos enseña en las escuelas, aunque no deben hacerlo. El caso es que termino la tarde así. Follaron, sin más, sin amor, como necesidad, como cobijo. Como refugio de algo que detestaban y sin palabras sinceras de amor. No lo necesitaban. La cerveza ya perdió por completo la espuma y el gas. Los cigarros estaban consumidos. El ambiente cargado y la persiana bajada. La serie acabo y se quedó la pantalla del ordenador en negro. Que más daba, ahora solo estaban ellos, no necesitaban más. Ya vendría mañana el remordimiento y la soledad, el hastio y el sabor a bilis y fracaso en la garganta.

sábado, 15 de octubre de 2011

Cantando al alba y farolas.

Y porque para todo hay una primera vez. Pero siempre es mejor así, porque siempre se sigue hacia delante. Muchas veces tenemos que pararnos a pensar, a hacer cuentas sobre nuestros actos y a acomodarnos la cabeza. Lo peor de todo es que a veces no siempre es lo más adecuado para algunas personas. Pero el arrepentimiento tampoco es lo adecuado a veces. Sólo cabe esperar aprender de los errores, ser consecuentes y lógicos con el tiempo que nos ha tocado vivir, porque así es como mejor podremos amoldarnos a la realidad y dominarla. Y porque realmente no creo que lo mejor sea una cadena de ningún tipo, nada constructivo. Nada con sabor a veneno.

jueves, 13 de octubre de 2011

Noches y sueños de un hotel

Llegamos al hotel a eso de las 6 de la tarde. Llovía y hacía frío. Era invierno, y por el norte siempre había lluvias. Era una 3º planta y podíamos ver el parque de enfrente anegado por el agua y los coches pasar salpicando violentamente. Se oía detrás de los cristales el agua rugir como si desease entrar y seguir mojándonos. Ella tenía el pelo mojado, y era extremadamente bella.

Me gustaba ver como le caían los cabellos por la cara, mojándosela y cubriéndole sus gafas de pasta negra que tanto encanto le daban. -Debería cambiarme- Dijo, y yo no pude evitar ponerme nervioso. Llevaba meses soñando con su cintura, con su espalda, sus manos, su pelo, su cuerpo. Llevaba meses deseando indagar en los más profundos entresijos de su piel y probar sus más ocultos secretos.

-Será mejor que deshagamos primero la maleta, después nos cambiamos -Dije.

Empezamos a vaciar la maleta. Saqué el portatil de una mochcila que llevaba y puse algo de música, algo de rock. A ella le gustaba el rock, y pensé que le agradaría. Seguía mirándola y seguía enamorado de ella.

-¿Te importa si me pongo cómoda? -Porqué coños lo preguntará, si ella sabe que puede.
-Sí, claro, ya lo sabes.+

Se quitó el pantalón y empezó a ir en bragas por la estancia. Unas preciosas bragas de color morado. Ella tenía esa costumbre y era mi perdición. La abracé por la espalda. No la soltaba, ni quería. Empecé a besarle la nuca y los hombros. Ella suspiró.

La lancé a la cama. Le quité la camiseta. La besé. Nos abrazamos. Bajé mi mano hasta sus bragas y empecé a acariciarla. Ella empezó a jadear levemente. Metí mis dedos por las ingles hasta sus labios. Estaban húmedos y calientes. Me encantaban. No podía parar de acariciarla y besarla. La besaba sin parar: los labios, las mejillas, el cuello, los hombros. La mordía, le hacía chupetones. Nos deseábamos. Acabé por quitarle las bragas. Ella me desnudó. Empecé a chupárselo. Nunca probé un manjar tan dulce y vivo como aquel. Se retorcía. Yo la agarraba con fuerza de la cintura. Me incorporé -Fóllame- me dijo. Aquella noche dormimos uno encima del otro, desnudos, bajo nuestro sudor y jadeos. Nos amamos. Al menos yo sé que la amaba. Y la amaría hasta el fin. Nunca nadie me hizo tan feliz. Mientras, afuera la lluvia no cesaba, golpeando los cristales, silenciando nuestro amor.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Estados de Crisis I

La sensación era indescriptible. La había cagado y él lo sabía, pero no hay vuelta atrás cuando la cagas, ni un perdón arregla nada. Y no se reconoce el daño, pero lo hayo. Sólo le quedaba fumar tranquilamente mientras conducía por al oscura carretera.

El coche era un viejo Sedán color ocre, o color mierda como diría él ahora. Se dirigía al mar, a la costa. Sólo quería huir. No se atrevía a otra cosa que no fuese huir. Todos sus intentos de suicidio sólo fueron eso, intento. Era débil, era un cobarde. No se atrevía a volver y decirlo. Detestaba su forma de vida. El viento cortante y frío le retornaba a la realidad y le hacía recapacitar. El viaje hasta la costa aún es muy largo, pero si algo quieres, algo cuesta. Él eligió huir. Tal vez no es su verdadera decisión pero es su elección.

El azul profundo y oscuro, casi negro. El frío que cala los huesos y el alma. La atmósfera que genera incertidumbre y desasosiego. La sensación de impotencia y desprecio. De un desprecio por los demás que nace en un verdadero desprecio a nosotros mismos. ¿Por qué es tan difícil creer en que se puede ser feliz o serlo? No existen oportunidades para los perros viejos, tal vez. No existe la felicidad después de todo. O al menos ella no elige venir a mí aún...

domingo, 18 de septiembre de 2011

Acción-reacción. I

  Eran las tres y cuarto de la madrugada.

  -Tienes que hacerlo


  El olor del café subía lentamente por el hueco de las escaleras. El vapor de este era denso. Era una fría mañana de invierno. Una fría mañana de cualquier día de invierno. Era un invierno normal. Como cualquier otro. Ella seguía en la cama, acostada, medio dormida. Nunca se acostaba antes de las tres y cuarto de la madrugada.


-Tienes que hacerlo.
-¿Por qué?¿Qué conseguiré?
-Hazlo, abre la puerta al mundo. Hazlo y deja que todos sean libres.


Los paseos siempre eran largos, pero enriquecedores. Gozaba de las mañanas con su perro.


-¡Hazlo!
-¡No! ¡¿Si lo hago que me quedará?! No me obligues a elegir.
-Sabes que tienes que hacerlo. En la vida se necesitan mártires. Tú reunes todas las cualidades. -Ella cogió un paquete de pañuelos.
-Tienes razón, pero es difícil dar el paso. Es difícil asumir las responsabilidades que nadie quiere asumir. ¿Después que tendré que hacer?
-Eso es elección tuya. U obligación.


El olor de la sopa de fideos con carne era denso, pero dulce. No se hacía pesado. Toda la familia gozaba de una agradable tarde de domingo.


-¿Volveré a verlos?
-No.
-Mejor así. -Cogió una pequeña cuchilla de afeitar de su padre. Se cortó las venas. -No sangra.
-Ten paciencia. Es sólo uno de los pasos que tienes que dar.
-¿Y después?
-Observar el resultado. Observar y dejarles crecer.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Pensamiento y lenguaje. Mi opinión sobre su orden.

Una teoría que siempre me llamó mucho la atención era la de el pensamiento y el lenguaje, y cual de ellos fue primero.

Es curioso que una de nuestras mayores armas, el lenguaje, la tengamos en tan poco valor. Y es así, o al menos a mi forma de ver. Tenemos la capacidad de poder sintetizar mil ideas en apenas pocas palabras, una breve expresión que pueda derrocar hasta el más sólido sistema social implantado. Simplemente con la influencia del carisma (o labia, como quieras llamarlo) aunque eso es otra cosa pendiente de hablar.

Como decía, tenemos un gran arma que no apreciamos, pero ¿Cual es su origen? Yo tengo mi teoría (La cual no creo que sea mía, porque puede que ya la pensara antes alguien). El lenguaje es la expresión de una necesidad, y ante la necesidad surge la motivación de saciarla. De ahí que el lenguaje sea posterior al pensamiento. De una manera breve, claro.

Basándome en los pocos conocimientos de psicología que tengo creo que puedo atreverme a hacer la explicación.

La comunicación es lo más básico que tenemos a la hora de organizarnos. Ya sea para hacer una quedada con alguien, para organizar una labor del trabajo, para mandar un recado a aguien, para hacer una petición o incluso para una reivindicación. Y en sí la comunicación es muy antigua, y no hablo de las palabras, sino de los gestos y sonidos diversos que realizaban los antiguos humanos para comunicarse y así poder cazar o dar ordenes. Pero esta manifestación del lenguaje no habría sido posible sin esa necesidad de comunicarse. Las palabras (o los sonidos y gestos en este caso) son las proyecciones de las ideas de una persona.

Un sujeto que se desarrolla dentro de un ambiente siente una necesidad. Esa necesidad se transforma en una motivación para suplirla. Por lo tanto surge la idea de 'Quiero A'. A raíz de esa idea surgen una serie de acciones que son los reflejos de esa idea. Es un desarrollo.

Pero también podríamos decír que primero es el lenguaje y después el pensamiento; un ejemplo sería cuando enseñamos a un niño pequeño palabras. Típico caso: cogemos las llaves y se las ponemos delante al niño, les decimos que ese objeto son las llaves. El niño asocia la palabra llave a la forma, color, peso, textura, etc; del objeto y el genera la idea global de llave, pudiendo reconocer distintos tipos y formas de llave en un futuro con la experiencia del aprendizaje. Bien, en este caso el lenguaje (la palabra llave) está antes que el pensamiento (la idea creada de llave en el niño). Pero no siempre.

Segundo ejemplo: un niño ve las llaves, las señala, balbucea o emite cualquier sonido con el que él las identifica. El tiene ya en su cabeza la idea de lo que es ese objeto al que ha llamado de alguna manera con cualquier sonido. Es la expresión fonética (lenguaje) de su pensamiento (su concepción de la llave). Nosotros, claro está, le diremos más tarde como se llama ese objeto, llave. (Cabe destacar que las palabras son un contrato social de categorización de la materia. Es un apunte que tengo pendiente también)

Luego, después de estas conclusiones en las que el lenguaje es posterior y previo ¿Qué podemos pensar? Lo que se quiera realmente. Nunca se ha llegado (a mi parecer) a una respuesta válida sobre que estaba antes. Yo termino por concluir en que el pensamiento es previo al lenguaje, pero que este es siempre tambien una interrelación con el medio que nos enseña a expresar ese pensamiento. Aunque también es válido decir que en el aprendizaje parte del pensamiento es previo al languaje, y parte del lenguaje es creador del pensamiento (el ejemplo del niño al que le enseñamos que son las llaves).

Las sombras del pasado

La sombra le perseguía fuese a donde fuese. Estaba atormentado. Su pasado, sólo quedaba de recuerdo un peluche roido. La humedad del cuarto y las bombillas viejas sobre la mesa. Un flexo destartalado, medio sujeto con cinta aislante y un libro mohoso al lado de la cama. Era una simple y mugrienta habitación de hotel.

-No puedo salir -Decía por el teléfono a una persona desconocida, probablemente una teleoperadora que le llamó para ofrecerle alguna oferta típica de un club de lectura o algo. -Estoy atrapado conmigo mismo, por favor, no puedo salir. Dígale que lo siento. No puedo salir...
-Si le interesa tenemos una oferta de...
-No puedo salir... -Dijo empezando a gimotear. Lanzó el teléfono al suelo.

La oscuridad se hacía cada vez más patente. La humedad del ambiente era cada vez más densa. Las manchas de las paredes eran ya como la pintura, y casi la pintura intacta parecía la mancha extraña. El patético ser era tan tierno como la cucaracha protagonista de La Metamorfosis, sólo que este de por sí ya era bastante repelente sin ser cucaracha. Un comportamiento agrio, tanto como su olor. Su conducta de roedor ladrón de bolsos. La vida le trató mal. Sólo tenía como único recuerdo su peluche mugriento. Un peluche de un niño que nunca más romperá en llanto.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Mil formas de revolucionarse, mil formas validas de luchar por una vida en conjunto.

Muchas veces he oído hacia mi persona la expresión 'eres un estúpido'. Tal vez lo sea, pero hace unos momentos oí una frase: 'Piensa globalmente y actúa localmente'. Yo tengo mi 'plan' de como debería actuar el mundo. Tengo mi idea de lo que debería ser una... ¿Educación?¿Moral? A nivel global. Pero claro, un hombre sólo, por mucho que actúe, no es más que un loco; y dudo que a mi causa se una alguien, ergo, no van a cambiar las cosas, o al menos sé que yo no voy a cambiarlas, porque no puedo. Pero no por ello voy a callarme y dejar de pensar lo que pienso.

¿Qué quiero decir con todo esto? Qué sobra mucha tontería en el mundo. Se ataca mucho en general como comunicados para ganar buena fama, ya sean de organizaciones no gubernamentales, del propio gobierno, de centros educativos, de la familia; de que hay que ser tolerante, que hay que ser respetuoso, que hay que aceptar las cosas. La típica frase, mal resumida claro, de 'no quieras para los demás lo que no quieras para ti'. Pero no se aplica nunca esta ley, no. No se aplica cuando no se escuchan las ideas. No se aplica cuando no se respeta a la persona que forja, cría, cultiva, modifica, revive; continuamente esas ideas. Qué las moldea, que las cambia de sitio y forma según sea necesario.

Falta respeto, falta escuchar, falta 'humanidad'. Falta sensibilizarse, tener conciencia. No podemos seguir pensando en nosotros e ignorando al vecino (al que sólo prestamos atención cuando tenemos que atacar, en la mayoría de los casos, injustamente). Falta cultivarse como persona. No se cogen los libros como antes. No se celebran tertulias literarias, no se reúne la gente ni se informa, no se habla entre semejantes sobre la situación del mundo, sobre las vidas ajenas, las vivencias, las ideas, los deseos. El televisor es ahora la nueva plaza, el nuevo libro, el nuevo artista. El nuevo cancer.

No soy una persona culta, para nada, cero, completamente ignorante; pero no puedo evitar a veces tirar de ese nulo conocimiento que poseo y decir '¿Años de evolución, de lucha, de progreso, de madurez, para esto?'. La antigua ilustración que llevó a Francia a la lucha de sus derechos ha muerto. El superhombre de Nietzsche no es más que una asignatura mal dada en los centros educativos. Es más fácil encontrar un libro de Crepúsculo o 3msc que la Dialéctica Marxista.

Mi idea global es que el hombre está alienado de su ser, de su esencia. Se le ha arrebatado la tolerancia, la sensibilidad, el respeto, la empatía, la capacidad de querer, su voluntad por progresar. Se le ha arrebatado la motivación, la vida; se le han dado placebos de 300 euros a 22 pulgadas de alta definición.

Como dije, 'Piensa globalmente y actúa localmente' ¿Qué tiene que ver con esto? Yo 'no permito' en mi entorno que eso pase. Tengo la suerte de no ir con gente que sólo habla del tamaño de sus tetas o de los goles que marca... ¿Se os ocurre algún futbolista? A mí solo ¿Hierro?¿Se llamaba Hierro? No sé de fútbol, lo siento (no, no lo siento). El problema es que esto no siempre es posible. La familia es un órgano social muy fuerte. Ya es mayor, crecida a su manera con unos valores diferentes, y es muy fácil ser un 'estúpido' para los que no tienen tolerancia ni comprensión ni respeto.

El caso es... Los tiempos están cambiando. La lucha está saliendo a la calle con el 15m, por ejemplo. Es una forma de actuar, pero no todos podemos permitírnoslo, por desgracia. Pero todos los que nos identificamos con la desazón de unos tiempos corruptos, de un mundo podrido, de unos valores muertos, de una moral insulsa tenemos el deber de luchar. Debemos luchar ya sea saliendo a la calle, hablando sobre ello, escribiéndolo (como es mi caso), etc. Todos tenemos un entorno: hagamos de ese entorno un mundo, y cambiemos el mundo, y que la gente de ese mundo cambie su mundo. Todos podemos cambiar el mundo, no uno solo. Demostremos a esa gente que nos considera estúpidos, antisistemas, rebeldes, incomprendidos; que ellos son los que están en el error al haber dejado muertos los valores por los que, en años pasados, nuestros semejantes lucharon. Porque nada nos diferencia de los Franceses que lucharon por su revolución. Eran personas, como lo somos nosotros ahora. 'Piensa globalmente y actúa localmente'. No sé quien será el autor real de esa frase. Yo la he leído en internet, no recuerdo donde, pero esa frase es posiblemente, uno de los pilares de un posible cambio, a mi parecer.